El maquillaje, las cremas rejuvenecedoras, los liftings y otros tratamientos estéticos son capaces de transformar a una señora de 70 años en una chica de 30 ¡es impresionante! Y si además nos fijamos en los famosos, el tema da bastante de lo que hablar.
La lucha contra el envejecimiento es una realidad, y lo peor es que las redes sociales, los anuncios y las revistas lo pregonan a los cuatro vientos para que todos entremos en la misma dinámica de complejos intentando huir de algo evidente y natural: envejecer.
Sin embargo, hay una técnica poco conocida que ha ido evolucionando en secreto y que hoy en día es capaz de ofrecer resultados claramente impactantes.
¿Quieres saber cuál es? ¡Entonces sigue leyendo!
La moda antienvejecimiento.
La moda “Antiaging” o antienvejecimiento se ha convertido en una obsesión social que va mucho más allá del simple cuidado de la piel. Vivimos en una cultura donde el envejecimiento se percibe casi como una enfermedad, y por ello es lógico que muchas personas buscan frenar el paso del tiempo con tratamientos cosméticos que, en muchos casos, son innecesarios e incluso peligrosos. Inyecciones, cremas milagrosas, dietas extremas y otros métodos prometen detener el reloj, sin considerar los efectos secundarios o los riesgos para la salud.
Es fácil caer en esta trampa cuando la publicidad y las redes sociales constantemente nos bombardean con ideales de juventud eterna. Nos venden una versión de nosotros mismos que, supuestamente, debemos alcanzar para ser aceptados o, peor aún, para sentirnos válidos. Pero ¿a qué precio? No solo hablamos del gasto económico de estos tratamientos, sino del desgaste emocional y físico: pérdida de identidad, riesgos médicos y, en muchos casos, un vacío existencial.
Deberíamos preguntarnos si el afán de parecer eternamente jóvenes realmente nos hace felices o si simplemente estamos intentando llenar algún vacío o inseguridad. Tal vez, en lugar de gastar tanto en la última tendencia de antienvejecimiento, podríamos invertir en aceptar el paso del tiempo y en cuidarnos de forma sana y realista. La madurez y la experiencia también son bellas; quizás es hora de replantearnos el sentido de la belleza y el envejecimiento en nuestras vidas.
Sin embargo, no todos los métodos antienvejecimiento implican riesgos innecesarios, y en algunos casos, se puede entender que ciertos perfiles busquen mejorar su aspecto; la clave está en saber elegir, y en aplicar los métodos más eficaces y probados.
Los filtros son sólo la punta del iceberg.
¿Has visto algunos vídeos en los que personas, que son claramente mayores, parecen incluso quinceañeros? Son realmente sorprendentes, aunque la mayoría de las personas solemos tranquilizarnos al darnos cuenta de que vivimos en la época digital, y que los filtros son una realidad que está ahí y que cada vez va a más, afectando a jóvenes y mayores por igual ¡qué despropósito!
Aun así, esta lucha contra el envejecimiento y búsqueda por la perfección no acaba ahí: existen tutoriales e incluso tratamientos de cremas “milagrosas” que son capaces de realizar transformaciones increíbles. De hecho, en este contexto, las cremas y los maquillajes procedentes de Corea, son los que más destacan, tanto es así, que podemos encontrar todo tipo de productos coreanos de estética en multitud de tiendas conocidas y accesibles como Primor. Sin embargo, a pesar de la amplia variedad de opciones disponibles en el mercado, muchas veces la solución temporal de un buen maquillaje o una crema milagrosa no son suficiente para satisfacer la búsqueda de una apariencia joven y fresca.
Cada vez más personas (incluidos muchos famosos) están optando por métodos más avanzados que prometen resultados a largo plazo, y uno de los más avanzados, es el que vamos a mencionar a continuación.
Hilos tensores, la fórmula secreta antienvejecimiento.
Los hilos tensores se han ido ganando un nombre potente en los últimos años gracias a sus resultados eficaces y mínimamente invasivos, pero, ¿de dónde vienen exactamente?
La historia de los hilos tensores se remonta a hace más de dos décadas. Al principio, se utilizaban en cirugía para suturar tejidos, pero con el tiempo, los profesionales de la estética empezaron a experimentar con su aplicación en tratamientos de rejuvenecimiento facial. La idea era sencilla: usar estos hilos para levantar y tensar la piel, ofreciendo un efecto similar al lifting, pero sin necesidad de pasar por el quirófano.
A medida que esta técnica evolucionaba, los hilos tensores comenzaron a ser utilizados de manera más concreta en la estética facial. Sin embargo, su camino hacia la popularidad no fue sencillo. Aunque había una creciente demanda por tratamientos menos invasivos, el enfoque conservador de la medicina estética significaba que muchos profesionales eran escépticos respecto a los resultados, así que, durante años, esta técnica quedó en un segundo plano, mientras que otros procedimientos más tradicionales como el Botox y los rellenos dérmicos dominaban el mercado.
¿Cómo se aplican?
La aplicación de hilos tensores es un procedimiento que suele realizarse con anestesia local, por lo que no es necesario ingresar a un quirófano, y lo mejor de todo, según nos comenta Medyglobal, es que este tratamiento es cómodo, indoloro y rápido, diferenciándose así de otros tratamientos conocidos.
Durante la sesión, el médico inserta los hilos mediante una cánulas o agujas en las zonas a tratar que pueden ser la cara, el cuello e incluso zonas del cuerpo como los brazos. Este proceso se puede completar en aproximadamente 30 a 60 minutos, dependiendo de la extensión del área tratada.
Una vez colocados, los hilos se tensan, proporcionando un efecto inmediato de lifting que se puede apreciar al instante. Esto es uno de los aspectos más atractivos del tratamiento, ya que los pacientes pueden ver resultados inmediatos sin tener que esperar semanas o meses, como ocurre con otros métodos.
El cuidado posterior al tratamiento es bastante sencillo. Aunque se pueden presentar algunos efectos secundarios temporales como hinchazón o hematomas en la zona tratada, estos son mínimos en comparación con los que podría provocar una cirugía.
Un avance que precede al ensayo y error.
Como ocurre con cualquier técnica novedosa, los hilos tensores no estuvieron exentos de ensayos y errores; en sus primeras aplicaciones, algunos médicos se encontraron con complicaciones que cuestionaban su eficacia.
Por ejemplo, los hilos podían ser visibles bajo la piel, dando como resultado una solución poco estética que producía una clara insatisfacción en los pacientes. Además, por su fuera poco, también hubo casos de infecciones y reacciones adversas que complicaron aún más la percepción de esta técnica.
La comunidad médica empezó a cuestionarse la seguridad y viabilidad de los hilos tensores, lo que provocó una pausa en su uso generalizado. Sin embargo, la investigación continua y la innovación llevaron a la introducción de materiales más avanzados, como los hilos de polidioxanona (PDO), que son más finos y flexibles. Estos nuevos hilos están diseñados para ser absorbidos por el cuerpo con el tiempo, minimizando el riesgo de complicaciones y mejorando la naturalidad de los resultados.
Las técnicas de inserción también mejoraron notablemente, con la adopción de métodos menos invasivos que permiten a los médicos posicionar los hilos de manera más eficaz; con todos estos avances, se notó, que aquellos que recibieron dicho tratamiento comenzaron a obtener resultados cada vez más satisfactorios, lo que hizo restablecer la confianza en esta técnica.
Beneficios que marcan la diferencia.
Los beneficios de los hilos tensores son muchos, como ya estarás notando:
- Ofrecen un efecto lifting instantáneo sin la necesidad de cirugía, lo que significa menos riesgos y una recuperación más rápida.
- El tratamiento estimula la producción de colágeno, por lo que mejorará la textura y firmeza de nuestra piel a lo largo del tiempo.
- Los resultados finales son sutiles y naturales, y gracias a ellos los pacientes se verán más jóvenes sin parecer artificiales.
- Son una opción económica en comparación con otros tratamientos estéticos más dolorosos.
Resultados a largo plazo y consideraciones importantes.
Una de las grandes ventajas de los hilos tensores es que, además de ofrecer resultados inmediatos, también proporcionan beneficios a largo plazo. Como hemos mencionado en el punto anterior, con el tiempo la colocación de los hilos estimula la producción natural de colágeno y elastina, lo que aporta una mayor firmeza y elasticidad a la piel. De modo que, mientras los hilos se disuelven de forma natural en el cuerpo, la piel continúa mejorando, lo que da como resultado un aspecto rejuvenecido que puede durar entre 12 y 18 meses, dependiendo del tipo de hilos utilizados y del cuidado posterior.
Sin embargo, hay algunas consideraciones importantes que se deben tener: aunque los hilos tensores son una buena opción, no son adecuados para todos. Las personas con la piel extremadamente flácida o con condiciones médicas específicas deben consultar a un profesional para determinar si esta técnica es la mejor para su situación, ya que podrían tener problemas o resultados insatisfactorios.
Así que, sí: como conclusión podemos afirmar que los hilos tensores se han convertido en uno de los tratamientos favoritos de muchas famosas e influencers, y sin duda, este método ofrece muchas diferencias y beneficios antienvejecimiento en contraposición con otros conocidos.