Es básico, para el buen funcionamiento de una economía, que exista un buen funcionamiento en el seno de las empresas. Las empresas son como las células del cuerpo humano: si tienen salud, el cuerpo va a funcionar perfectamente. Pero si son cancerígenas, al final lo que va a terminar pasando es que el cuerpo humano se va a degradar y va a terminar muriendo. Pues el cuidado de esas células, de esas empresas, es básico para que la economía (el cuerpo) esté en perfectas condiciones para hacer frente a la realidad de cada día y nos convierta en un país de primer nivel.
Si nos limitamos a hablar de lo que realmente pasa en el seno de muchas empresas, veremos que hay cosas que son mejorables. Y mucho. Es conveniente que el análisis sea lo más serio posible y que no trate de disimular con buenas palabras la realidad. Si hay algo que no funciona, no funciona. Hay que decirlo porque ese será el primer paso para solucionarlo. No podemos estar esperando eternamente y no podemos permanecer impasibles ante aquello que esté jugando en nuestra contra. Eso es lo que puede estar haciendo que nuestra empresa sea ineficaz, que no cumpla con los objetivos que se puede haber marcado al principio del ejercicio económico.
Uno de los grandes problemas que existen en una empresa puede llegar a ser la comunicación interna, el no ir todos a una, el realizar proyectos o actividades de los cuales no informemos total o parcialmente al resto de los compañeros. Aunque tengamos la sensación de que estamos hablando de un tema que no puede generar demasiadas desventajas, la realidad es que la ausencia de esa comunicación puede provocar graves problemas de coordinación y, si no se trabaja, esos problemas no van a hacer sino incrementarse. De hecho, vamos a repasar algunos de los inconvenientes que está situación provoca de la mano de la página web del Observatorio de Recursos Humanos.
- Una de las principales cosas a tener en cuenta es que no va a alinearse la estrategia de la empresa con las actuaciones de los empleados. Por tanto, va a existir una falta de colaboración y compromiso.
- Van a existir problemas de circulación de la información, lo que va a provocar que haya gente que sepa unas cosas y no otras.
- Lo que van a existir, en cambio, son rumores. Y eso va de la mano de la desconfianza.
- Desprotección del talento y desmotivación.
- Deterioro del clima laboral. Si esto se produce, tenemos que trabajar mucho para recuperarlo.
- La no comunicación hace que falten oportunidades de desarrollo de habilidades corporativas.
- Será difícil que nos podamos adaptar a los cambios que se necesiten en la empresa para hacer frente a la realidad del sector y del negocio.
- Apenas existirán espacios de colaboración. Y así es más difícil que los proyectos salgan adelante.
¿Esperabais que la falta de comunicación interna englobara una cantidad tan grande de problemas? La verdad es que son muchas las personas que se sorprenden cuando van saliendo uno a uno. Y tened en cuenta que hay otras cosas más que la noticia destacaba y que no hemos querido añadir a fin de que la lista fuera un poco más manejable. Es evidente que nos encontramos ante un asunto, el de la comunicación interna, que haríamos bien en cuidar en el seno de nuestra organización y que no podemos dejar en manos del azar. Las empresas que cuidan de su comunicación interna tienen muchas más posibilidades de convertirse en entes eficientes.
¿Cómo potenciar todo lo que tenga que ver con la comunicación interna en una empresa para que se eviten esos riesgos de los que hemos hablado? Hay una opción que es la que viene ganando terreno y que consiste en la contratación de un interim manager, una persona que acude a la empresa de manera temporal para estudiar y ejecutar perspectivas de cambio. Hemos consultado a los profesionales de Qmt, una de las primeras empresas especializadas en interim management de todo el país, qué tipo de acciones concretas tiene que tomar un interim manager en ese contexto del que os hemos hablado y nos han comentado diversas cuestiones que compartimos con todos vosotros y vosotras a continuación.
- En un entorno en el que no existe la comunicación interna, lo que sí sucede es que hay grandes dosis de incertidumbre. En este sentido, un interim manager tiene la experiencia suficiente como para manejar la situación y proponer cambios.
- Las organizaciones tienen problemas propios delante de los cuales no se puede poner cualquiera. Los interim managers tienen la capacidad para ponerse a trabajar adaptándose rápidamente a ese entorno concreto.
- Están abiertos a nuevas posibilidades y a oportunidades a largo plazo. Muchas veces las empresas caen en el cortoplacismo y las decisiones importantes pueden tener mucho más que ver con el largo plazo.
- Y lo que es más importante: saben comunicarse con equipos diversos y con funciones diferentes, generando de este modo confianza y haciendo posible que la gente a su alrededor obtenga motivación.
Cuando se mejoran aspectos como de los que estamos hablando, las posibilidades de que el entorno esté más preparado para el éxito son mucho más grandes. Y eso es por lo que tiene que velar una empresa, que, no olvidemos, es una entidad que vive por y para la obtención de beneficios. Esos beneficios no van a depender siempre de haber tenido una buena idea, de haber hecho una campaña de marketing fantástica o de ser más competitivos que la competencia en lo que respecta a nuestro precio. También es algo que depende en buena medida del funcionamiento interno. Y esto es algo que depende única y exclusivamente de nosotros, no de factores externos como pueda ser la opinión de un cliente.
Lograr el cambio en una empresa es algo que va a requerir tiempo. A veces más, o a veces menos. Pero de un día para otro no van a cambiar. Necesitan algo, como mínimo, a medio plazo para que las nuevas estructuras, las nuevas maneras de proceder y los nuevos objetivos se empiecen a instalar en las mentes de las personas y que esas personas se empiecen a alinear con ellos. La mente del ser humano que se encuentra trabajando, en muchas ocasiones, es reacia al cambio por el hecho de que es mucho más cómodo seguir manteniendo una manera de trabajar a la que ya está acostumbrada. Si queremos introducir una transformación, lo que hay que hacer es intentar que se vaya produciendo paso a paso.
El cambio evita la caída
Cambiar determinadas cosas en una empresa es lo que permite que los negocios salgan hacia delante. Si una fábrica, por poner un ejemplo, continuara trabajando con máquinas de mediados del siglo pasado en lugar de haber incorporado ordenadores seguro que tendría una productividad mucho más baja que las empresas actuales. Y si un almacén no hubiera incorporado la más moderna tecnología que se ha desarrollado gracias a los softwares especializados en logística, seguro que tendría a cada empleado buscando durante un montón de tiempo dónde está situada una de las referencias con las que trabajan, haciendo que la productividad fuera prácticamente nula.
El cambio hace posible que podamos seguir progresando. Sin cambio, no hay productividad posible de cara al futuro. Por tanto, nada ni nadie tiene que interponerse a un asunto de tanta importancia como lo es este. Aunque es verdad que es más incómodo en un principio, sus resultados tanto tácticos como económicos son positivos y están sobradamente demostrados. Ni que decir tiene que debemos seguir caminando con el cambio como principal aliado para intentar que lo que estemos haciendo tenga el resultado que esperamos.
Un dato que no nos gustaría compartir
Una noticia publicada en el diario El Economista en el mes de julio del año pasado revelaba que España había perdido 197.000 empresas en un año. Estamos hablando de una pérdida considerable y que se terminó notando en nuestro tejido productivo. En muchos de esos casos, por no decir en la inmensísima mayoría, los motivos fueron económicos. Y detrás de un motivo económico hay otro organizativo. Es ahí donde tenemos que invertir tiempo y dinero en hacer posible que la organización para la que estemos trabajando sea eficaz, eficiente y que todos sus trabajadores y trabajadoras se encuentren en sintonía lo que la empresa busca y que sepan lo que la empresa busca de ellos.
En caso de que eso no sea así, es cuestión de tiempo que aparezcan los problemas. Lo hemos visto en miles y miles de casos, en empresas más grandes y más pequeñas y en entidades situadas en cualquier país del mundo. El mundo de la empresa tiene cosas que son comunes a todos los lugares del planeta: si no hay una coordinación, una motivación y un trabajo en equipo eficaz, el futuro de la empresa pende de un hilo. Su solidez está representada por unos pies de barro. Y no queremos que la empresa para la que trabajamos pase por eso, ¿no?