Decidí remontar el mal estado de mi salud dental… y ahora tengo una nueva vida

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Cuidar de la salud es una de las cosas que deberíamos tener apuntada en nuestra agenda durante todos los días. Es una inscripción que debería estar en todas las páginas de nuestro cuaderno y no deberíamos escatimar a la hora de hacer todo lo que consideremos necesario para conseguirlo. En los párrafos que siguen, os voy a hablar directamente de una de las ramas de la salud que tienen más importancia, aunque haya gente que lo niegue: la salud dental. Agarraos fuerte, que empezamos.

Son muchas las consecuencias que se pueden derivar de un mal cuidado de nuestros dientes. Vamos a realizar un análisis previo para que sepamos a lo que nos exponemos con una situación como a la que nos estamos refiriendo:

  • Por una parte, nos exponemos a padecer dolores de todo tipo en nuestras piezas dentales, lo que nos puede llevar a tenerle miedo a comer, a beber, a hablar e incluso al respirar. La verdad es que no puede haber nada más triste que estar condicionado de esta manera por una mala salud dental.
  • Por otro lado, estamos sometidos a riesgos como el del desprendimiento de una de nuestras piezas dentales. La verdad es que esto puede tener una influencia directa en nuestra calidad de vida y en nuestra imagen. Ponernos delante del espejo, sonreír y ver que hay un hueco entre dos piezas dentales no es la mejor carta de presentación ante nosotros mismos.
  • Otro de los riesgos es que padezcamos halitosis, que también es una manera desastrosa de presentarnos en sociedad. Es normal que, en una situación como de la que estamos hablando, las personas que tengamos al lado tiendan a desaparecer y a no querer estar cerca del lugar en el que nos encontramos…
  • Una mala salud dental, por cierto, es una de las causas más directas de otros dolores o problemas como los de cabeza o los de oído y también es responsable de un rendimiento físico que se encuentra por debajo del que podríamos ofrecer en caso de tener una boca cuidada. Una de las primeras cosas que le dicen a los deportistas de élite, por tanto, es que cuiden de sus dientes.

Todos estos son peligros a los que se someten millones y millones de personas en todo el mundo. En lo que tiene que ver con nuestro país, la situación es dramática en muchos casos. De acuerdo con lo que apunta una noticia de la sección Cuídate Plus, del diario deportivo Marca, son 5 millones de personas las que se han sometido a estos peligros por culpa de no haber seguido un hábito: el de cepillarse los dientes. Estamos hablando de una acción que es realmente necesaria y sin la cual no podemos entender la salud dental. Es vital que todo el mundo se conciencie de que es este hábito lo primero que debemos hacer para que los dientes estén perfectamente sanos y preparados para acometer cada una de sus funciones.

Luego está el hecho de acudir al dentista, que es otro de los hábitos que tendríamos que tener apuntados en nuestra agenda para cumplir con él al menos una vez al año. En España, se produce una situación curiosa que nos deja con sentimientos encontrados. Según apunta la web de El Dentista Moderno, los jóvenes acuden más al dentista que los mayores en nuestro país. Por un lado, nos agrada escuchar esto porque queda claro que la gente joven se ha concienciado al respecto de lo importante que es tener una salud dental perfectamente cuidada. Pero, por el otro, nos preguntamos en qué están pensando esas personas más mayores. ¿Acaso han renunciado a cuidar de su salud dental? ¿Qué pasará cuando padezcan las consecuencias, si es que no han empezado a sufrirlas ya?

Así cambié mis hábitos dentales para mejorar el estado de mi boca 

Si por algo os he hablado de todo esto, es por el hecho de que conozco en primera persona las consecuencias que tienen que ver con el no cuidado de la salud de los dientes. Tengo que reconocer que yo he sido una de las personas que no hacía demasiado caso a todas las recomendaciones que iba escuchando aquí y allá sobre el cuidado de la salud dental. Era una de esas cosas para las que creía que habría tiempo más adelante, pero lo cierto es que la realidad nunca espera. Por tanto, empecé a tener problemas con mis dientes desde que era bien joven. Empecé por lo típico, teniendo caries, que es lo más habitual en estos casos. Pero cuando mis dientes se empezaron a agrietar y el dolor empezó a ser común en aspectos tan básicos como masticar comida o beber agua, me empecé a preocupar mucho más.

Estaba claro que, dada esa situación, necesitaba cambiar las cosas y ponerme manos a la obra para conseguir remontar en términos de salud dental. Lo primero que hice fue empezar a cepillarme los dientes, pero en esa situación no me valía solo con eso, sino que necesitaba acudir con cierta urgencia a una clínica dental. Me decanté por acudir a la clínica Icoa porque la primera consulta era gratuita y la verdad es que la jugada me salió perfecta, porque tuve la oportunidad de dar con un equipo comprometido y que, poco a poco, fue transformando mi boca.

Después de pasar por la clínica, tuve claro que tenía que hacer cambios en lo que tenía que ver con mi vida diaria. Por un lado, lo de cepillarme los dientes se terminó convirtiendo en algo habitual. Tres veces al día, después de las comidas, como recomiendan todos los expertos. También tuve claro que tendría que regresar a la clínica al menos una vez al año para prevenir cualquier tipo de enfermedad o problema bucodental. Y, por si fuera poco, tuve claro que tenía que cambiar algunos hábitos alimenticios como no abusar de productos demasiado azucarados o el café.

Gracias a todas estas cosas, la realidad de mi boca cambió por completo y la verdad es que mi vida cambió con ella. Los dolores han desaparecido, los riesgos que antes asumía día a día también se han esfumado y tengo que decir que soy mucho más feliz que antes sin las preocupaciones que atosigaban mi cabeza de manera continuada. La verdad es que creo que acerté de pleno con mis decisiones, aunque tengo que reconocer que me siento muy avergonzado por haberme dado cuenta tan tarde de lo importante que era el cuidado de la salud dental para mí y para la totalidad de mi vida.

Ahora soy todo un embajador de una causa como esta, algo de lo que me siento particularmente orgulloso. Me paso el día recomendando a todas las personas a las que quiero y que me importan que se laven los dientes, que eso va a tener una relevancia muy grande a lo largo de toda su vida. Como soy una de las personas que ha vivido las consecuencias negativas de este tipo, tengo que usarlas para convencer a la gente de que cuidar de sus dientes en casa y acudir a la clínica dental al menos una vez al año es indispensable. Y la gente me suele hacer caso.

Si en algún momento tengo hijos, voy a hacer todo lo posible para que cuiden de sus dientes como es debido. Ya os he indicado más arriba que son los jóvenes los que parecen haber cogido la delantera en lo que tiene que ver con el cuidado dental en España, así que hay que trabajar para que esas nuevas generaciones sigan pendientes de temas como estos para que, en el futuro, España consiga ser una verdadera potencia en esta materia, algo que no hemos conseguido todavía pero para lo que tenemos mucho potencial desde mi punto de vista.

Objetivo: la Edad de Oro de la salud dental en España 

Creo que es importante que todos nos concienciemos en lo que tenga que ver con conquistar un mejor estado de salud dental. A lo largo de todo este tiempo, en el que he venido consultando información de todo tipo en relación a este asunto, he visto que España es uno de los países que cuenta con más clínicas dentales en todo el mundo. Y ese es un argumento para que podamos vivir lo que yo he denominado como la Edad de Oro de la salud dental en España, el período en el que, por fin, estemos más protegidos y más concienciados que nunca ante cualquier problema dental.

Estoy seguro de que vamos a conseguir llegar a esa situación. Y es algo que nos va a reforzar como país. Tenemos que destacar por nuestra salud. Vivimos en una de las mejores zonas del mundo y se tiene que reflejar en aspectos como la salud dental. Y va a terminar pasando, desde luego. Estamos más que preparados para conseguirlo y más mentalizados que nunca. Creo que el mío es uno de los ejemplos que lo deja meridianamente claro.

 

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