Seguramente, tendréis en la cabeza un montón de cosas si os preguntamos cuáles son aquellos bienes que pueden hacer que vuestra vida sea mejor. Las respuestas pueden ser de lo más variopintas, pero estamos convencidos de que la mayoría de vosotros y vosotras considera que una vivienda de calidad es una pieza angular para tener la vida que queremos. Y la verdad es que estáis en lo cierto, es algo fundamental y sin lo que no tendríamos la misma capacidad para ser felices. Por tanto, conseguir que nuestra vivienda se ajuste a lo que queramos es una necesidad imperiosa y que no debe desaparecer de nuestra lista de deseos.
En muchas ocasiones, la vivienda con la que contamos es suficiente como para ser felices aunque nos parezca lo contrario. Si nos sentimos incómodos, en muchas ocasiones tiene que ver con el diseño que hemos escogido en el interior de la vivienda. Es ahí donde tenemos que hacer nuestros planes para tratar de encontrar mejoras. La distribución de los espacios es algo elemental para garantizar la comodidad de las personas que habitan un hogar. Y el diseño también lo es por el hecho de que es vital que aquellos espacios que nos rodean sean apetecibles para nuestro cerebro. Si no es así, teniendo en cuenta la gran cantidad de horas que pasamos en ese espacio, la infelicidad estaría asegurada.
Cada día son más las personas que se preocupan por el diseño de su hogar y no nos extraña en absoluto. En consecuencia, ha crecido la demanda de servicios ligados con el diseño o la arquitectura. Así nos lo han indicado desde Controlmad, un estudio de formación en estas dos cuestiones que, además, ofrece servicios de fabricación digital. Desde la pandemia, la gente se preocupa mucho más por todo lo que tiene que ver con su hogar y por cómo ha de ser ese espacio para dotarnos de la calidad de vida que merecemos. La obtención de esa calidad de vida será lo que determine la felicidad que tengamos y las personas que habitamos ese hogar y nuestras familias.
Normalmente, estamos pensando en estas cosas cuando la vivienda en la que nos encontramos ya es de nuestra propiedad. No tiene sentido que pensemos en esto si estamos de alquiler. Decimos esto porque hay muchísimas personas que deciden dejar de lado el alquiler y comprar una vivienda precisamente porque saben que van a poder moldearla a su gusto, algo que es muy necesario para que podamos aspirar a ser felices en ella. Además, y teniendo en cuenta que el precio del alquiler se está disparando, no sería de extrañar que más y más gente apostara por una hipoteca más pronto que tarde y tener así la posibilidad de construir el hogar con el que siempre ha soñado.
De hecho, una de las primeras cosas en las que se piensa cuando hemos adquirido una hipoteca es contactar con alguna entidad especializada en diseño para que todo en nuestro hogar quede a nuestro gusto. Se trata de una cuestión que hacemos siempre mirando hacia el futuro, sabiendo que nuestro hogar va a ser la pieza angular de nuestra vida y la que va a regir la felicidad con la que vamos a afrontar el día a día a partir de ahora. No cabe la menor duda de que esto es inteligente y que todas las cosas que podamos ir gestionando de cara al largo plazo van a ser beneficiosas tanto para nuestro yo de hoy como para el de mañana.
Hemos cambiado nuestra manera de enfrentarnos a este tema
Hasta hace no demasiado tiempo, cuando teníamos que pensar en aspectos como de los que hemos hablado solíamos tener muchas más reticencias, sobre todo en lo que tiene que ver con el precio y las molestias que eso nos pudiera ocasionar. Estábamos diciendo más arriba que una de las cosas que sabemos que son clave para vivir como merecemos es la vivienda y eso es lo que nos está permitiendo enfrentar un asunto como el de los cambios en el diseño o las reformas de otra manera, con mucha más ilusión y sin tener en cuenta algunas de las cosas que nos agobian en relación a nuestro hogar.
En una información publicada en la página web del diario El País se habla abiertamente sobre este tema, mencionando de paso algunos presupuestos. Se comenta lo que gastamos los españoles en las reformas del hogar, un dinero que se ha visto aumentado en los últimos años y que, de media, suele ser de unos 15.000 euros, si bien es cierto que los proyectos más grandes pueden llegar incluso a las seis cifras. Este es un desembolso que suele ser importante para la mayoría de las personas y familias que viven en nuestro país, pero no cabe la menor duda de que el pensamiento que manejan al aceptar presupuestos de este tipo es que esa inversión va a ser muy acertada al subir varios niveles.
Ocurre algo parecido con el tema de los muebles. Sin duda, estamos hablando de una de las cosas que también va a tener una influencia directa sobre cómo nos sintamos dentro de nuestra propia casa. Por una parte, tienen que ser muebles que resulten útiles para el tipo de actividades que solamos hacer en el interior de nuestro hogar. Por otro lado, tienen que ajustarse a los espacios de los que dispongamos. Si son demasiado grandes, al final no nos dejarán espacio para movernos libremente por la superficie de la vivienda. Y luego también tienen que disponer de un diseño que nos convenza y que sea visto como algo grato para nuestros ojos porque los vamos a ver todos los días.
En lo que respecta al coste que tiene amueblar una vivienda, es el portal web de Idealista el que nos proporciona una idea. Y es que señala que, en el caso de que sea una vivienda de 70 metros cuadrados, ese coste puede oscilar entre los 10.000 y los 15.000 euros, siendo de 20.000 para el caso de una vivienda de 100 metros cuadrados. Ya veis que estamos hablando de una inversión que resulta importante, pero la gente a día de hoy prefiere acometerla para que su vivienda sea la que realmente siempre han querido. Y es una decisión perfecta y que, tanto a corto como a largo plazo, va a resultar positiva.
La palabra “inversión” por delante de la de “gasto”
Los conceptos que usamos al referirnos a las cosas determinan nuestro pensamiento. Se suele pensar que las palabras son eso, palabras, pero lo cierto es que tienen una carga de significado que va a ir relacionada con el pensamiento que vamos a tener después. Si queremos adecuar nuestra vivienda y nos referimos al coste que eso supone como un “gasto”, luego nos va a dar mucha más pereza llevar a efecto este proyecto, siendo la consecuencia directa de esto que no nos beneficiemos de las ventajas que tiene su aplicación. Sin embargo, si hablamos de “inversión”, hay algo implícito en esa palabra que indica que, a pesar de haber asumido un coste, esa va a ser la causa de un beneficio como lo es una buena calidad de vida. Un beneficio como el que no hay otro.
En muchas otras ocasiones de la vida, esa diferencia entre coste e inversión es similar a la que acabamos de comentar. Y no cabe la menor duda de que ocurre lo mismo que estábamos diciendo en el párrafo anterior, que la palabra “coste” tiene implicaciones más negativas que positivas y que la palabra “inversión” tiene otras muchas razones para confiar en ella. Desde luego, hay que tener bastante claro que, cuando se confía en lo que se está haciendo y en que lo que se está gastando, es mucho más fácil que el resultado sea el que queremos.
Ojalá que, en vuestro caso, podáis poner por delante esa palabra, “inversión”. Es lo que caracteriza al crecimiento de las empresas que terminan siendo grandes y la base de todos los grandes proyectos. Desde luego, quien no invierte no gana. Y quien ve cualquier desembolso de dinero, incluso el que va destinado a mejorar su bienestar, como un coste, no tiene visión de futuro. Es preferible estar en el bando de enfrente, en el que se decide apostar por el futuro usando para ello los recursos que tenemos en el presente.
El hogar es la mejor inversión que podéis hacer en vuestra vida y merece cualquier dinero que invirtáis en él. No hay nada como tener bien aclimatado el espacio en el que vais a convivir con las personas que más os importan en esta vida. Cualquier esfuerzo físico o económico que vaya destinado a cuidar de este espacio debe ser bien recibido por parte de las personas que son propietarias del mismo. No cabe la menor duda de que la vida siempre es mejor cuando uno tiene una guarida en la que protegerse de cualquier cosa.
