El oficio del arte, en sus múltiples manifestaciones, es uno de los trabajos más bellos y satisfactorios que existen en la sociedad actual. No obstante, hay que reconocer, que también está muy idealizado y, en realidad, la vida de un artista -al menos, mientras no alcanza altas cotas de popularidad- es, de todo, menos ideal. Algunas personas no llegan nunca a vivir de ello y, según el Análisis de la Inserción Laboral de los Universitarios realizado por la Fundación BBVA e Ivie, el grado que, con frecuencia realizan los artistas plásticos -el de Bellas Artes-, se encuentra en la lista de las diez carreras universitarias con menos tasa de empleo en España. Esto quiere decir que los artistas y las artistas españolas, habitualmente, terminan trabajando en cosas relacionadas con áreas que nada tienen que ver con el arte. Quienes logran vivir de sus creaciones, no llegan a formar un grupo muy numeroso y, además, en muchos casos, se ven obligados a llevar una vida precaria, siendo, muy pocas, las personas que, realmente, alcanzan una vida laboral estable.
Con todo esto no queremos quitarle la ilusión a nadie, ya que, destacar en el mundo del arte, puede llegar a abrir un gran crisol de oportunidades, además de ser un camino apasionante hacia la estabilidad económica. No obstante, es un hecho que el mundo del arte está formando por una industria muy competitiva. Para triunfar, es necesario estar siempre atento a las convocatorias de premios regionales, nacionales o internacionales; estancias y exposiciones en museos u otras instituciones. Además, es requisito tener una vida social siempre activa, ya que, hacer contactos es parte importante del trabajo, sobre todo en el sector de las galerías de arte, que son espacios que se ocupan de hacer la mediación entre el artista y el público, facilitando sitios para la exposición, clientes y oportunidades nuevas. Sin embargo, como decimos, se tata de un panorama demasiado competitivo en el que hay mucha gente intentando destacar al mismo tiempo y, por lo tanto, un poco desalentador para quienes comienzan de cero.
En la actualidad, sin embargo, cada vez hay más caminos que pueden conducir a alcanzar este objetivo sin tener pasar por todo esto al principio, gracias a las nuevas tecnologías. Muchos de los artistas contemporáneos más famosos del mundo han logrado popularizarse e incrementar sus ventas gracias a su exposición a través de redes sociales y, es por ello que, en este post, trataremos ciertas consideraciones que pueden ayudarte a vender tu obra plástica sin galerías ni museos, sacándole el máximo partido a internet. ¿Te interesa? ¡Quédate a leer!
Para empezar, debes saber que, aunque tu obra no se vaya a exponer en un espacio físico -al menos por ahora- has de trabajar muy duro por crear piezas nuevas y originales para enseñar en plataformas como Tik tok, Instagram o Twitter. Lo más importante es tener un buen producto, así que te recomendamos que, antes de lanzarte a vender, dediques tiempo a crear un número mínimo de obras para vender y, sobre todo, desarrollar una filosofía estética coherente contigo mismo y con la época en la que vives. Si tu obra no es buena, da igual que lo intentes por un lado que por otro: fracasarás de todos modos.
Si confías en tu trabajo, es el momento de darle caña a las redes. Tendrás que subir contenido diario y, evidentemente, no nos referimos a que todos los días tengas que tener obra nueva para subir, ya que esto implicaría una productividad completamente incoherente con la creatividad. No obstante, sí que deberás aportar algún tipo contenido mínimo para mantener la expectación: exponer un poco tus intereses, referencias o incluso fotografías de ti. Es importante que vayas creando una identidad pública, ya que, de esta manera, será más fácil reconocerte y tus seguidores empatizarán contigo y con tu trabajo.
Si ya tienes un número relativo de followers, debes de ser ambicioso y tratar de conseguir más. Es el momento de trazar una estrategia para que tu trabajo llegue más lejos. Te recomendamos que realices sorteos de vez en cuando, en los que ofertes una de tus obras gratis a cambio de difundir tu post y mencionar a otra gente para que se entere de lo que haces. Asimismo, aprovecha la influencia de otras personas públicas. Escribe a cuentas con muchos seguidores y ofrécele un intercambio de servicios. Una vez consigas tener una presencia en redes, todo será más sencillo.
A medida que vayan apareciendo los clientes, es esencial que éstos reciban un buen trato y se encuentren ante un producto de calidad. Para ello, debes trabajar en tu página web. Procura que sea fácil de entender y segura a la hora de realizar los pagos. En este sentido, los especialistas de Deindo Ideas recomiendan contratar servicios de soporte técnico para páginas web, especialmente para aquellas personas que acaban de empezar una tienda online. Hay que tener en cuenta que, la página web es algo así como la plataforma equivalente a una tienda física, así que debes de intentar que todo funcione correctamente, que no haya errores y que no se caiga en momentos de alta demanda. La parte logística también es crucial. Contrata una buena empresa de transportes y trata de cumplir con los pedidos a tiempo.
No podemos olvidarnos de la parte legal, esencial para desempeñar cualquier actividad económica. Si trabajas por tu cuenta, debes hacerte autónomo/a, para que no surjan problemas graves con hacienda u otros organismos oficiales. Si no sabes por donde empezar, te recomendamos que visites la página oficial del Gobierno sobre Autónomos, Economía Social y Responsabilidad Social de las empresas, donde encontrarás noticias relacionadas con el tema, así como un portal del trabajo, información sobre economía social, responsabilidad social de las empresas, datos estadísticos o ayudas a la economía social y al trabajo autónomo entre otras cosas.
Estos han sido algunos consejos para alcanzar tu objetivo de vender tu obra plástica sin galerías ni museos, sacándole el máximo partido a las redes sociales. Esperemos que te hayan servido de ayuda. ¡Mucha suerte con tu proyecto!